El Ratoncito Trabajador

Hace mucho, mucho tiempo, cuando la humanidad comenzó a caminar sobre la Tierra, los animales tomaron la forma de los humanos. En un pequeño pueblo, vivía un hombre muy apuesto, siempre vestido con un traje marrón elegante, una camisa blanca, pantalones a juego y un sombrero de copa alta. Todos en el pueblo lo conocían porque siempre preguntaba por las joyas más hermosas, relojes y otros objetos valiosos.

Aunque todos lo miraban con admiración y los corazones de las muchachas latían por él, el joven no prestaba atención a nadie. Solo se interesaba por encontrar cosas bellas y por observar a las personas con la mirada más curiosa. Sin embargo, ninguna chica le atraía lo suficiente como para acercarse.

Un día, cuando regresaba al bosque, escuchó entre los árboles un llanto suave, pero lleno de tristeza. Era el llanto de una joven que, con gran dolor, lloraba porque su padre estaba enfermo. Ella no tenía dinero para comprar las medicinas que necesitaba y había ido al bosque en busca de plantas que pudieran ayudarle. Había estado buscando todo el día, pero el sol ya se estaba poniendo, y no había encontrado lo que necesitaba.

El joven, al ver su tristeza, se acercó y le dijo con voz amable: «Ven mañana a mi casa, te ayudaré». Le dio indicaciones para encontrar su hogar. La joven, con una pequeña esperanza, decidió ir al día siguiente, pero llegó muy temprano, antes de que el sol saliera. Para su sorpresa, lo único que encontró fue un pequeño ratoncito corriendo de un lado a otro, y no había ni rastro de la casa del joven. Desilusionada, pensó que tal vez no era un hombre de confianza.

El tiempo pasó, y aunque el joven trató de encontrar a la joven, no volvió a verla. Un día, cuando él regresaba al bosque, la vio recogiendo hierbas cerca de un arroyo. Se acercó a ella y le preguntó por qué no había ido al lugar donde se habían citado. La joven, asustada, no le respondió, pero él insistió, diciéndole que regresara al día siguiente. Prometió ayudarla con lo que necesitaba, y ella, aunque desconfiada, aceptó.

Al día siguiente, cuando la joven llegó al lugar, encontró algo que la dejó muy triste: todo estaba destruido. Entre unos arbustos secos, vio un ratoncito muy pequeño, y se dio cuenta de que algo no estaba bien. Decidió, con mucho pesar, enterrar al ratoncito. Mientras cavaba, algo sorprendente sucedió: encontró objetos de oro, plata, joyas, relojes, y todo tipo de tesoros.

La joven entendió que el ratóncito que había visto era en realidad el hermoso joven que había conocido. Él había trabajado con esfuerzo y dedicación para recolectar esos tesoros y ayudarla. Decidió tomar lo que había encontrado, ya que el joven le había prometido ayudarla.

Moraleja:
La historia del ratoncito trabajador nos enseña que, a veces, las cosas no son lo que parecen a simple vista. El esfuerzo y la dedicación, aunque sean invisibles para los demás, pueden traer grandes recompensas. También nos recuerda la importancia de la humildad y de valorar lo que tenemos, ya que la verdadera belleza no siempre está en lo que se ve, sino en lo que está dentro de nuestro corazón.