Cuentan que hace mucho tiempo atrás, los animales se convertían en personas y la Perdiz era una hermosa mujer con una figura esbelta de suave y gentil voz.
Había un niño que quedó huérfano de padre y madre, siendo su abuelita quien cuidaba de él. Los años pasaron y el niño creció convirtiéndose en un joven muy trabajador que cuidaba de su abuelita, por esos años hubo escases de alimentos y la pobreza crecía, pero en el campo todo era hermoso y casi nada faltaba.
El joven pastaba sus ovejas todos los días desde muy temprano y regresaba casi al ponerse el sol a su casa. Un día mientras pastaba a sus ovejitas se dio cuenta que alguien lo observaba así que un día decidió esperar un poco más hasta que se oculte el sol y ver quien lo observaba. Pero no pude encontrar a esa persona misteriosa que lo observaba.
Hasta que un día mientras se fingía dormido apareció un linda muchachita y al querer atraparla, ella corrió muy rápido y no pudo alcanzarla, todos los días se repita lo mismo y llegaron a ser amigos, finalmente los dos jóvenes jugaban cada día y cada día el jovencito llegaba más tarde a casa y también su corazón estaba más acelerado que nunca, se había enamorado de la jovencita y al confesarle sus sentimientos ella dijo que no podían estar juntos y se escapó, pero el amor que sentían volvió a juntarlos y ella decidió contarle sus secreto “de día perdiz y al ponerse el sol mujer¨ , no lo pensaron más y el joven convenció a la muchacha para vivir juntos y que él cuidaría siempre de ella. Y así sucedió, él joven salía muy temprano a pastar a sus ovejitas y llevaba en su chuspita a su amada y jugaba todo el día con la perdiz persiguiéndola. Regresando a casa más temprano antes de que salga el sol y no los sorprenda su abuelita. Pasaron los días y todo era felicidad, un día el joven despertó tarde se puso sus sandalias, agarró su chuspa se la colgó y salió muy de prisa con su rebaño. Cuando llego a su destino se dio cuenta que no había traído a su amada así que con muchas ansias esperaba que termine el día.
Mientras tanto su abuelita al no verlo entró a su cuarto y vio a la perdiz, ella pensando que su nieto había cazado una perdiz, ella atrapo a la perdiz y lo cocino.
Al llegar a casa el joven quería ver a su amada, pero su abuelita le dijo que tenía una sorpresa, le dio de comer y el pregunto ¿Qué sorpresa tiene para mi abuelita? Y ella respondió, parece que no te ha gustado lo que prepare, esa era la sorpresa, seguramente te habías olvidado de darme la perdiz que cazaste, pero yo la encontré y prepare esta rica comida.
El joven se puso muy triste, no podía creerlo busco, busco y no encontró a su amada, sus lágrimas corrían haciendo surcos de dolor en su rostro, con mucho dolor junto los huesitos y escucho que de ellos salía esa voz angelical que decía ¨prometiste cuidarme¨, el dolor que sentía el joven fue tan grande que hizo una quena, que al tocarlo emitía melodías muy tristes haciéndole recordar que siempre uno debe cumplir sus promesas y nunca abandonar a los seres queridos. Que en la vida podemos encontrar muchas formas de amar y que el amor sincero te acompañara siempre y nunca los descuides.
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